1.- El alumno teflón
El alumno teflón es aquel que es distraído, disperso y luce somnoliento siempre, seguido no entiende clases, se aburre y por consecuente distrae a los demás compañeros, no interviene en la discusiones de clase, es locuaz y explosivo, no tiene interés por lo que dice el profesor y sus propósitos de cambiar son muy vagos y duran poco.
Esta clase de alumno tiene gran capacidad de disimulación, es decir, con sus padres y la sociedad en general, de ponerse a estudiar, pero en realidad su falta de hábitos y sus problemas de concentración son obstáculos grandes para que este alumno pueda aprender. También esto es un obstáculo para el “bien pensar”, nos dice el profesor Lerma. Para él el “bien pensar” es un medio para el progreso moral y cultural, se desarrolla la capacidad de analizar, de pensar y ampliar la percepción acerca de los problemas, ayuda a no cuestionar las aseveraciones de la autoridad sin razón ni argumentos, también ayuda a tener interés por un asunto o problema, es decir, aumenta la motivación, y nos brinda información pertinente acerca de una materia y de métodos fidedignos para obtener información una vez evaluada.
2.- El alumno esponja
El alumno esponja es aquel que tiene buena capacidad para el aprendizaje y que normalmente cae en la autosuficiencia. Todo lo deja para después y por si fuera poco este futuro, nunca llega.
El alumno esponja puede pasar días, semanas o incluso meses sin hacer los pendientes, en la completa vagancia y un día antes del examen final le cae el 20 y se encierra en su cuarto a estudiar todo lo del semestre sin haber siquiera leído un poco sus apuntes durante todo éste.
Por horas y horas se encarga de esquematizar, memorizar y leer todo lo que no hizo el semestre; al llegar al examen con un terrible “desvelo de estudio” memorizó todo y lo único que desea es que sea el examen para dejar todo su “conocimiento” (adquirido una noche anterior) ahí. Y eso es lo grave que al memorizar solamente los conceptos, etc. no aprende nada y nada se queda en su mente.
3.- El alumno embudo
Este tipo de alumno es el que sí dedica tiempo de esfuerzo al estudio, hasta lograr conseguir ciertos aprendizajes pero no logra expresarlos con eficacia, corrección o fluidez. Este alumno es incoherente en lo que dice y piensa, sus ideas son desordenadas, son alumnos muy distraídos y dispersos.
El propósito de la educación es lograr el aprendizaje significativo y es importante desarrollar la inteligencia de los alumnos, es importante desarrollar los sentidos y la percepción para estimularlos, así como saber escuchar, leer, preguntar, escribir.
4.- El alumno reloj de arena
Esta clase de alumnos tienden a olvidar lo que estudiaron, hay distintos grados o niveles de estas causas, algunas de ellas son pereza e irresponsabilidad, es decir, todo lo aprende de memoria, sin entender realmente los conceptos.
Este tipo de alumnos es relativamente fácil que tengan un cambio, es importante que se desarrolle al máximo la atención ya que cuando un alumno no ha adquirido por completo este habito, el estudio se convierte en una actividad tediosa para ellos. Otro factor importante a desarrollar es la comprensión, ejercitación y evaluación.
5.- El alumno araña académica
En este tipo de alumnos se habla de la erudición inútil, la erudición inútil es aquel proceso en el que aprendes mucho pero no saber para qué es. En general el alumno araña académica se dedica a presumir sus logros y solamente quiere llamar la atención con ellos. Poseen una vanidad y se podría decir una soberbia que no los deja aprender del todo bien, y nada más se dedican a presumir, su lenguaje es cerrado y utilizan una terminología casi incomprensible, el alumno araña académica muchas veces trata de sobresalir o llamar la atención por medio de lo que sabe y tratando de llevar la contraria a opiniones distintas y se opone a ellas. Estas personas pueden caer en el oportunismo, soberbia, avaricia, envidia, y otros pecados capitales, es importante reconocer este tipo de alumno y ser humilde, tener la capacidad de enseñar a otros lo que sabemos para formar pero sin presumir ni llegar a extremos, la educación es un medio de “elevación” de la persona, de formación de la misma y es necesario mantener los pies en la tierra para no caer en el pedantismo. También se habla de la psitacosis que es, el aprendizaje forzado, es decir, por memorización.
6.- El alumno diamante
El alumno diamante es el alumno ideal, en lo personal esta parte del libro me hizo reflexionar mucho debido a que es importante tomar en cuenta todos los parámetros de un alumno “ideal”. El alumno ideal es aquel que todo profesor aspira a tener, pero en realidad la perfección no es solo un fin, sino un camino; el ser humano es perfectible, o sea es la capacidad que tiene el ser humano de mejorar en todo aspecto. La pedagogía estudia le hecho educativo y es importante saber la importancia de la educabilidad y educatividad, la educabilidad es aquella capacidad propia del ser humano de ser educado y recibir disposiciones y capacidades para su desarrollo, y educatividad es la capacidad, propiamente humana, de educar a otros, creo que estas capacidades son realmente importantes para el desarrollo correcto y significativo del ser humano, el hombre es también un ser coprincipiado, perfectible, libre y trascendente, con singularidad y apertura.
Conclusion
Es importante que como alumnos, aprendamos a reconocer y modificar los errores que estamos cometiendo,esperando que no sea demasiado tarde, ya que estos siempre van a ocasionar que nuestro aprendizaje no prospere.